LA EXPANCIÓN EUROPEA DE LOS SIGLOS XIV-XVI Y LOS VIAJES DE EXPLORACIÓN.

La expansión Aragonesa en el Mediterráneo

En 1474-1479, con Isabel en el trono de Castilla y el advenimiento de Fernando al trono de Aragón, se sucede una alianza política, pero no una unificación. Las dos coronas siguieron siendo independientes, y las conquistas comunes se pasaron a integrar a uno u otro de los reinos; Granada, las Indias y Navarra, formaban parte de Castilla; mientras que Nápoles pertenecía a Aragón.
A la muerte de Isabel, en 1504, Fernando, rey de Aragón, actuó como regente en la gobernación de Castilla. Carlos I será el heredero de las coronas de Castilla y Aragón, quedando el territorio bajo la autoridad de un soberano único.
  

Los conflictos ibéricos por la exploración Africana

Durante la década de 1470, Portugal se involucró en conflictos territoriales con España por el reconocimiento de su dominio sobre las islas atlánticas y sus exploraciones de las costas africanas. Después de varios enfrentamientos, representantes de ambos Estados firmaron un acuerdo de paz en la localidad portuguesa de Alcacovas, el 4 de septiembre de 1479; tratado que sería ratificado en Toledo, en marzo de 1480. Dicho tratado se centraba en dos aspectos:
1) Acuerdos matrimoniales y de sucesión
2) Un acuerdo de paz perpetúa entre Portugal y España
Este segundo punto incluía regulaciones en torno a la navegación por el Atlántico, para evitar discrepancias futuras en el dominio de las rutas atlánticas. Asimismo, se adjudicó a Portugal las tierras descubiertas y las que se hallasen de las islas de Canaria para abajo contra Guinea, con la única excepción de las propias islas Canarias que quedaban para Castilla. De esa manera España reconocía la supremacía portuguesa en África y se comprometió a no enviar expediciones hacia aquellas zonas, sin el consentimiento de los reyes de Portugal.
                                                                                                           

viajes de Colon 
La expansión castellana y los viajes de Colón

La expansión del reino de Aragón y Cataluña por el Mediterráneo alcanzó su punto máximo al incorporar Nápoles en 1504. Puertos como Barcelona y Valencia se transformaron en centros de intercambio y grandes constructores de barcos. Los fondos de la corona se destinaran a empresas militares mediterráneas para dominar el territorio italiano y mantener a raya el poderío turco que crecía en África del Norte. En la época de los Reyes Católicos no había dinero para costear expediciones en el Atlántico. Salvo el control de las islas Canarias, España no se interesó en incursionar por el vasto Océano y dejó el camino abierto a los portugueses.
Tras varios años, y dos informes de consejeros de los monarcas, se aprobó el proyecto de Cristóbal Colón de llegar a la India por el occidente. En abril de 1492 firmaron un contrato con Colón, denominado Capitulaciones de Santa Fe, mediante el cual se le otorgaron concesiones y títulos sobre los territorios que eventualmente descubriese

Los conflictos entre España y Portugal por la exploración americana


La llegada de Cristóbal' Colón al territorio americano provocó molestias en Portugal; su rey, Juan ll, consideró que con este viaje de exploración se había violado el tratado Alcacovas/Toledo. Los españoles argumentaron haberlo violado, que consideraban que Colón no había invadido el espacio marítimo situado al sur de las Canarias al hacia el oeste, navegar generándose por ello una controversia que condujo a diversas reuniones diplomáticas en la que los Reyes Católicos acudieron, en 1493, al Papa Alejandro VI para que mediara y pusiera fin a la misma.
En mayo el Papa emitió las Bulas de Donación a los Reyes de Castilla; en ellas hizo la donación de las tierras que acababan de ser descubiertas, la concesión de iguales privilegios ostentados por los portugueses en su zona africana y, sobre todo, la partición del mundo entre ambas potencias católicas por medio de una raya vertical a cien leguas de las Azores y Cabo Verde; basó su dictamen en la supuesta soberanía universal que detentaba el pontificado romano; derivada del nombramiento, por el Cristo, del apóstol Pedro como dirigente de la Iglesia Cristiana, de acuerdo con los Evangelios bíblicos.