LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA EN LA NUEVA ESPAÑA:

Las Ciencias:

Sólo se conocieron las ciencias del raciocinio, pero no las de experimentación, cosa que sucedió hasta el siglo XVII.
Durante la Colonia sobresalieron algunos científicos y matemáticos como Francisco Hernández (Historia Natural de Nueva España), Enrico Martínez, Agustín de Farfán y Gregorio López; pronto sobresalieron mexicanos como Don Carlos de Sigüenza y Góngora.
Después hubo grandes científicos en el siglo XVIII, como Alzate, Don Francisco Javier Gamboa y don Antonio León y Gama.
En ese mismo siglo los jesuitas introdujeron los sistemas de experimentación.

La Filosofía:

Sigüenza y Góngora aunaba su saber científico, el humanista y fue representante de la literatura barroca;  escribió  El Triunfo  parténico  ( 1683).
El padre Alegre fue también filósofo además de historiador y humanista.
En México la escolástica tuvo dos ramas: Dominicos y Franciscanos. En ella fray Alonso de la Veracruz defendió la necesidad de la integración femenina en el campo intelectual.
Asimismo la filosofía del padre Suarez fue seguida por los Jesuitas.
En el siglo XVIII se manifestó un nuevo renacimiento filosófico que fue un reflejo de la Ilustración.
Sobresalieron los Jesuitas Abad, Clavijero y Alegre.

La Historia Virreinal:

El primero de los de los historiadores de la Nueva España fue Hernán Cortés con sus Cartas de relación. Fue escritor de gran altura, supo plasmar en su obra una epopeya popular semejante al Mio Cid. El autor se inclina al realismo no adulterado de las tierras de América.
Bernal Díaz de Castillo con la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Supo describir con pluma magistral los problemas sociales, siendo su obra de carácter heroico.
Fray Bartolomé de las Casas escribió Historia de las Indias e Hictoria apologética: Deseo de solucionar los problemas sociales.
Fray Toribio de Benavente escribió La Historia de los Indios de Nueva España; Ilustra costumbres de los aztecas, ritos e instituciones.
Fray Bernardino de Sahagún: Historia General de las cosas de Nueva España; Revive las instituciones sociales, y el mundo que le tocó presenciar.
Entre los cronistas indígenas son dignos de mención Hernando Alvarado Tezozómoc que escribió la Crónica Mexicana: Historia de los mexicas hasta la llega de los españoles, y en la segunda habla de los conquistadores, asi como Fernando de Alba Ixtlilxóchitl, que escribió  Historia Chichimeca y Relación de pobladores sobre el mundo antiguo de México.

Poesía y Teatro:

En 1538 comienzan a aparecer los primeros autores en lengua mexicana, como el de Adán y Eva.
En el siglo XVII sobresale Don Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza que produjo su obra en España aunque era nacido en América, su estilo peculiar del mexicano y moralista por esencia chocó con los españoles contemporáneos que le atacaron con sátiras hirientes. Sus principales obras son La verdad sosospechosa, Las paredes oyen, y El tejedor.
Se distinguió la Decima Musa, Sor Juana Ines de la Cruz, seguidora de Gongora y Quevedo; a los 13 años hizo la Loa Eucarística. Fue también autora de obras de teatro como Los empeños de una casa y Amar es mas laberinto.  Su formación fue autodidacta y su literatura absolutamente mexicana, pues canta el paisaje y a la Rosa de Tepeyac.
Una de las obras principales, El primer sueño, es netamente barroca y entre sus autos sacramentales destaca El divino Narciso. Escribió además loas, entremeses y epigramas.



La Imprenta:

Traída en tiempos del primer virrey, publicó como primer libro “La escala espiritual” en 1538; para editar se necesitaba autorización del obispo y del virrey. El primer libro que tiene licencia del ordinario y del virrey fue el “Arte de la lengua mexicana”.
En el siglo XVI aparecieron las hojas sueltas para transmitir las noticias.
En el siglo XIX eran más de cien las imprentas en la Nueva España y apareció el periodismo. El primer diario correspondió a 1805.

Arquitectura:


En el siglo XVI impera el gótico isabelino, el romántico, el plateresco, el herreriano y las influencias mudéjares.
En los siglos XVII y XVIII el barroco y posteriormente el churrigueresco y el neoclásico.
Se debió solucionar el problema de la arquitectura cristiana de recinto cerrado, ya que los indígenas realizaban sus cultos al aire libre.
A inicios del siglo XVI, se fijo el trazo de los conventos e iglesias, siendo la regla general un patio o atrio en cuyos ángulos estarían las capillas posas. El templo será de una sola nave, a un lado la portería del convento y la capilla abierta.
El estilo plateresco tuvo gran importancia debido a la importancia de la platería.
Las obras de los franciscanos y agustinos son de gran sencillez; en cambio los dominicos realizan obras de mayor grandeza.
En el estilo herreriano se usaron los órdenes clásicos en las columnas y las bóvedas de cañón.
El barroco en la capital del virreinato lo veremos en la Gran Catedral que sustituirá a la primera; comienza siendo herreriana, pero se convertirá en barroca para terminar siendo neoclásica.
El material más usado en el barroco fue el tezontle y los azulejos, tomando características tan propias que se volvió un barroco netamente mexicano.  
El churrigueresco se inicia desde el siglo XVII, se introduce el llamado estípite o soporte de base cuadrangular o rectangular, formado por varios elementos, pirámides y prismas truncados, paralelepípedos, ramas, guirnaldas, etc.

En el siglo XVIII se introdujo el llamado arte neoclásico, que tiene una marcada influencia francesa correspondiente a la época de Luis XVI.

La Escultura Colonial:

Toma características desde los primeros años de la Conquista; las cruces de atrio tendrán que atenerse a la mentalidad del indígena, por ello posee elementos decorativos  de sabor prehispánico.
En el estilo barroco, lo más genial está relacionado con los retablos y las portadas de las iglesias. La nota más característica es el realismo.
En el último periodo de la colonia, don Manuel Tolsá realizó la escultura de Carlos IV que tiene influencias de las construidas en Francia en honor de Luis XIV.

La Pintura:

Los primeros pintores conocidos en América fueron los talcuilos o pintores indígenas, creando una pintura cristiana indígena, siendo la pintura al fresco típica.
Durante el siglo XVII la pintura se pone al servicio de la arquitectura, sobresaliendo la pintura tanto religiosa como retratista.
La pintura del siglo XVIII es amanerada, de dibujo suave y delicado.


Música:

La Conquista repercutió en la música prehispánica, resultando una mezcla que daba importancia al canto, así, los dotes sacramentales, misterios y pastorelas siempre fueron puestos en acompañamiento de canto.
 Por la inclinación y dotes naturales de los indígenas, éstos también construyeron instrumentos.
Es importante señalar que en el folclor mexicano actual se nota una mezcla de la música popular con la religiosa.